Un cliente molesto...

Suspiró. Esperaba sentada en el suelo, con la mesa de madera al frente mientras esperaba impaciente para comenzar a servir el té.
Su kimono blanco con rosa era exquisito, pero no tanto como su cuerpo y rostro, pero su expresión sin reacción alguna la hacía verse un poco amarga, como lo estaba pues no le agradaba mucho el trabajo y, según compañeras, era un cliente muy exigente y un tanto exagerado. ¡Que molesto!, desde el punto de vista de Savannah, pero ahora solo le quedaba esperarlo con disciplina.

Se contuvo al principio, pero al final no pudo màs y emitiò una furtiva carcajada, no en burla, sino que por la gracia que le resultaban sus palabras.

-Por favor, perdòname -le pidiò despuès, con una sonrisa, mientras hacia una reverencia-, y es que en realidad, me extraña que diga todo eso -dijo levantàndose-. Lo que es màs, me causa gracia dado el caso que soy una Geisha, jamàs me molestarìa que lo hiciese y s recostase en mi regazo, inclusive si me tocase sexualmente serìa normal, claro que siempre con el respeto que le debo y el que merezco como Geisha...ahora, que sobre mi pasado, me desiluciona el saber que tan bajas espectativas le expreso -dijo mientras se levantaba con lentitud y delicadeza-. Si no le molesta entonces, deberà escucharme màs como mujer que como Geisha -dijo a la par que se encaminaba a un pequeño burò donde yacìa una flor, quitàndose lo que sostenìa su cabello con lentitud y delicadeza hasta terminar, para luego quitarse el maquillaje y acercarse a èl, emitiendo un suave suspiro-. Espero no ofenderle al hacer eso, pero no soporto ese peinado y el maquillaje, menos si me expreso como la mujer que soy -colocò con delicadeza sus manos sobre su regazo-. Mi oferta sigue en pìe, y complacièndole le dirè brevemente...no me interesa cuando comenzò mi educaciòn como Geisha, cuando comencè como Maiko...mi familia me nombrò Savannah por un vil demonio que agobiò a mi pueblo, cuando nacì mi madre falleciò asì que mi padre me dio el nombre del demonio, seguido y por necesidades de mi familia y el rotundo odio que me sentían por la muerte del más querido miembro, me prostituyeron y cuando ya no necesitaron de mí, me vendieron de Okiya en Okiya...no me averguenzo de lo que he hecho y jamás será así, espero haberle satisfecho al contarle todo aunque haya sido tan breve.

Se rió con suavidad.

-Kamui-sama, ¿será acaso que me insinua algo? -dijo sonriendo para sí con bastante egocéntrismo, para despues suspirar-. Si me vengo comportando así, es porque usted mismo me ha solicitado que intente ser yo misma -dijo mientras se acomodaba con delicadeza la cabellera, suspirando después-. Por favor, explique lo que realmente desea con tanta seducción, espero no ofenderle al pedirle eso.

Desvió la mirada ligeramente.

-Yo no manejo precios, así que conmigo no hay nada que tratar sobre ello, para eso está la Geisha principal, mi único trabajo es atenderle como es debido -dijo con seriedad, algo de rudeza en su tono de voz-. La Geisha indicada... -musitó para sí, luego suspiró e hizo una suave reverencia ante él-. Si es lo que Kamui-sama desea, solamente debe tratarlo con la Geisha principal -dijo ya tomando su pose profesional, algo resignada al hecho de que las palabras a Kamui tuvieran su veracidad, por más que le pesase.

Rodó los ojos...Eso era tan molesto. Tanto rodeo para un resultado tan simple ¿A qué estaba jugando?
Suspiró resignada, para tomar su taza y servirlo con delicadeza, entregándoselo después no sin cierto desdén y molestia por el tema.

-Si Kamui-sama desea decirme algo, que sea por decisión suya -dijo firme en su lugar, para después suspirar-. Y no espero nada de usted, ya se lo había dicho, mi señor, solamente estoy aclarando las cosas.

Notó la molestia de la geisha y se sintió todavía más entusiasmado con la idea, casi era emocionante que una de las de su profesión lo tratara mal ¡A él! ninguna antes había osado hacer tal cosa, esa chica de verdad era atrevida. Tras dejar oír una leve risa se quedó mirando su nuevo té y finalmente dijo-Debo entender señorita, ¿Qué le da igual lo que tenga que decir o lo que tenga que hacer, no es así?...-Se rió de nuevo otra vez, tomando su tacita para inclinarla nuevamente sobre sus labios con esa elegancia sensual que no controlaba ni era consciente de que tenía, sin despegar la vista de la geisha-Me sorprende en verdad...pero descuide, sólo voy a decirle que tengo todas las posibilidades para ser merecedor suyo...y que una vez decido algo...no me retracto jamás sino hasta conseguirlo-Le dijo solamente con una sonrisa ladeada y maliciosa. Dejó su té a medias y con un suspiro se reanimó un poco más

-¿Por qué no pasamos a algo más? ¿Sabes tocar el shamisen? Me fascinaría escuchar algo de música, si no es el shamisen, que sea lo que tú elijas, pero toca algo, Savannah-chan-Le pidió

Asintió ante sus palabras, para suspirar y esperar a emitir un suave suspiro, lista para cantar la canción con suavidad. Era lenta...suave e inclusive envolvente. Despojaba tal ternura y cariño, sin olvidar la nostalgia en la letra, contrastaba a la perfección con su voz e imagen, era totalmente excelente.

-Kamui-sama -musitó al haber finalizado, con cierto tono más suave de lo normal y hasta con algo de humanidad en él-. ¿Le he satisfecho?


(La cancion: Eyes on me - Angela Aki)