La noche había vuelto a sorprender al combatiente aquella vez, apenas había llegado a la casa de su sacrifice sin desfayecer, estaba completamente agotado y un poco herido de la reciente batalla que había librado, otra vez, sin compañía alguna.
Ya estaba por fin sobre el balcón de su pequeño niño, aquel único que el sólo verlo lo ayudaba a recuperar las fuerzas que necesitaba-Ritsuka...-Murmuró con una sonrisa maliciosa acercándose a la ventana para espiar, el gatito estaba durmiendo con el celular apretado entre las manos y con la frente recargada en ellas. Se quedó a contemplarlo en silencio, sintiendo su paz interior volviendo e invadiéndolo lentamente otra vez...