La casa de Iwaki Kyosuke

Toshi se acomodó en el lecho y al cerrar sus ojos se durmió inmediatamente. Esa noche sonó con su aldea natal y con ciertos pasajes de su infancia, quizá estrañaba su hogar o simplemente hacía mucho que no se encontraba en un lugar ameno.

Se despertó con una ligera resaca y decidió entrenar un poco antes de ponerse a desayunar. Cogió su espada y salió al patio en busca de algún lugar tranquilo.

Al adentrarse lentamente vió a Iwaki entrenar y se quedó quieto observando la forma en que este cortaba el bambú. Cuando Iwaki se sentó en el cespez avanzó despacio hasta el.

- me gusta tu forma de entrenar aunque parece que estés algo estresado-

-cuando se entrena con más furia más relajado te quedas después del entrenamiento. No todavía no he comida nada-

- Me gustaría pero ¿has liberado toda tu tensión? Porque me gustaría tener un desayuno agradable-dijo sonriendo con un poco de altivez.

no pudo evitar sonreir ante el gesto del otro.Le agradó ver que Iwaki estaba de buen humor, ya que le tenía bastante aprecio.
-Entonces desayunemos a gusto-

Siguió a Iwaki al interior de la casa y se sentó a su lado como le había indicado.
-Espero que tengas un buen té-

-Bien, me encanta el té verde y cuando más amargo, más me gusta - dijo sirviendo un poco de té en su vaso y cogiendo algo para comer- te agradezco todas estas atenciones que me estas dando-dijo de forma educada.

Toshi terminó de desayunar y se le levantó para ir a donde Iwaki quisiera llegarle.
-vamos-dijo en un tono sosegado

Toshi sigió a Iwaki deseoso de conocer al amigo de este. cuando kenshin se presentó Toshi hizo una leve reverencia y le estrechó la mano.
-para mí también es un placer conocerte-

-yo también me alegro de estar aquí de momento siento que el ambiente es agradable. Siempre son bienvenidos los duelos amistosos-Miró a Kenshin con atención. Era bastante simpático y algo delgaducho pero sabía perfectamente que no debía fiarse de las apariencias ya que solían ser muy engañosas.
- Es porque entreno mucho. Todo lo que sé de la espada lo he ido aprendiendo por mí mismo-