Despues del rechazo

No pudo evitar una sonrisa al verle reírse, era divertido el estar hablando con alguien a su nivel después de estar tratando con un montón de tontos toda la semana -Tienes razón...pero aunque no lo creas, así no me preocupe yo por mí mismo los demás lo hacen porque sin mí sencillamente no serían nada y supongo que en eso haz de comprenderme. La gente no quiere a las personas con cerebro pero lamentablemente nos necesitan así que nos soportan...- Le comentó con la misma suficiencia de antes.

Entonces llegó la mesera que saludó torpemente mirándolos como si no pudiera creer que ese par de hombres apuestos estaban allí les preguntó lo que querían pedir, al pelinegro ya lo conocía de vista ya que había ido ya un par de veces. Todas las chicas por Tokyo mencionaban el excelente pertido que era ya que por ser un hombre tan inteligente tenía un excelente lugar en el consejo, al castaño no le conocía pero era sumamente guapo y en su mirada podía detectarse una gran inteligencia también.

Ryuuzaki supo rápidamente lo que aquella chica estaba pensando, siempre era lo mismo, suspiró y le miró -Nee nee, para mí va a ser lo mismo de siempre, un pastel con abundante crema chantilly y un té...me traés azucar a parte para este onegai- Le comentó serio.

Ryuuzaki se sorprendió un poco por la reacción tan rara de Ligth de tomarle las manos pero enseguida entendió su juego con sólo ver su mirada incluso antes de que hablara, pero no pudo evitar sonrojarse un poco por ello y eso no sabía ni el mismo si era por simple actuación o por que en serio había logrado despertar algun sentimiento dentro de él. Le sonrió y le miró haciendose el enamorado -Te estaba comentando respecto a los tapetes rosas que vamos a comprar para los interiores de la casa amor...- (xD) Le comentó riendose a carcajadas en el interior pero actuando muy bien su línea para divertirse un poco con la reacción de la mesera.

La chica apuntó rápidamente los pedidos y justo cuando iba a preguntas "¿Desean algo más?" Se quedó boquiabierta y sin palabras escuchó que hablaban muy enserio respecto a la platica que seguro tenían antes de que ella interrumpiera y se desilucionó al saber que ambos chicos tan lindos estuvieran en una relación, apenas si pudo hablar, balbuceando alguna cosa rara antes de decir más o menos entendible -Con permiso!- Hizo una ligera inclinación de cabeza y corriendo a la barra de los cocineros toda traumada medio a reponerse de su shock mental.

Le sonrió tiernamente para mirar como le besaba la mano, se sonrojó ligeramente pero para exagerar su actuación se mordió el labio inferior y comenzó a mirarlo de un modo sugerente hasta que la chica se fue, y entonces sólamente se limitó a ampliar una sonrisa en su rostro, divertido de sólo recordar la expresión de aquella pobre chica -¡Oye! El rosa no es mi color preferido pero intenté que sonara ridículo para que captara algo esa pobre mujer, pero al parecer es tan tonta que ni así se dio cuenta de nuestro jueguito- Le dijo después de escuchar todo lo que fuera a pasarles a los supuestos tapetes rosas, en primera él ni siquiera compraría tapetes ya que los consideraba innesesarios, cuando entrelazó sus dedos con los suyos solamente se dejó hacer sin siquiera resisstirse un poco y le miró cautivador manteniendo aquel atractivo rostro inmutable -¿Quién dijo que te pediría que me soltaras?...- Le comentó obviamente insinuandose a él -Estoy seguro que nos iremos acostumbrando a las reacciones de sorpresa si me dieras todo este día...-

Se tensó un poco al sentir como jugaba con su mano, no podía evitar que a su mente llegaran otras ideas, desvió la mirada suspirando para intentar controlar esa mente suya tan gráfica. Le miró a los ojos cuando este terminó de hablar y amplió una sonrisa en su níveo rostro -Me temo que entre broma y broma siempre sale la verdad...pero si no es la tuya quizá sea la misma la que habló hace un momento...- Le dijo sensualmente sin perder aquella castaña de la suya, le invitaba fervientemente a que pasaran a algo más tal y como él lo había mencionado.

Ryuuzaki se arqueó sólo ligeramente logrando ocultar la mayoría de sus sensaciones, la chica que les atendía regresó, dejó el par de platillos sin mirar mucho y se fue rápidamente. El pelinegro le miró y sonrió de lado a pesar de los juegos del castaño y volvió a mirar lo que este hacía -Creo que debimos pedir estas cosas para llevar...- Le musitó rodando los ojos.

Le miró fijamente a los ojos con aquella seriedad eterna, al tomarle las ropas tuvo que recargarse en la mesa con la mano libre pero sin despegar su nívea mano de la mejilla del castaño. La mirada se volvió más intensa los latidos de su corazón volvieron a aumentar y apenas si lo dio a notar respirando algo agitado pero apenas si un poco perceptible, le rogó como siempre paciencia a su mente y se limitó a mirarle sugerente, pero esta vez sin darse cuanta desnudandolo con la mirada, desvió la mirada al darse cuanta que había proyectado lo que estaba pensando, pero mantuvo la cercanía aún tentando su auto control, pero el tenerle tan cerca era... "Tan...tentador..." Ssu mente no pudo evitar aquel pensamiento y volvió a mirarlo besandole pero apenas rozando sus labios para después despegarse de él y sonreír de lado divertido -Bueno entonces pidamos estas cosas para llevar...- Le dijo divertido recargandose tranquilamente en su silla quitando la mano de este de sus ropas y dandole un beso para después apartarla hacia su lado y alzando la mano para llamar a la mesera -Linda házme un favor pónme esto para llevar pero lo más rápido que puedas...verás llevamos prisa, de paso traes la cuenta...- Le comentó a la chica apartando la mirada de ella esperando a que se moviera, apenas si pudo reaccionar asintió pausadamente para después llamar a una de sus compañeras y recoger los platillos llevándoselos rapidamente haciendo caso a sus palabras.

Le sonrió apenas si un poco ante el último comentarío -Tienes razón...en fin me da igual...- Dijo por último desviando la mirada recuperando su seriedad almenos por ahora, oh diablos el pensar en lo que harían sintió una punzada en su abdomen...una punzada de placer...no, basta, no podía seguir fomentando esos pensamientos hasta no llegar a un lugar por lo menos discreto, la chica llegó con las cosas envueltas en algo que para la rapidez se veía con esmero y puso la cuenta en la mesa haciendo una reverencia.

-Arigato!- Dijo manteniendose así mientras Ryuuzaki ponía una pequeña bolsa de yenes sobre el papel -Quédate con el cambió- Le dijo amablemente pero serio al final de cuentas levantandose y tomando aquella comida, notó el sonrojo de la chica al incorporarse, seguro que ella tenía en mente algo que quizá tenía cierto toque de verídico...

Ryuuzaki apenas si pudo reaccionar cuando este se acercó tanto a él pero igual no hizo nada por impedirlo, tendría que estar loco, había captado perfectamente lo del pago, pero bueno al menos se evitaba que le molestara con el "Yo pagué".

Al llegar a aquel lugar no preguntó ni hizo nada ya que la ciudad aunque hiciera como que no la conocía sabía muy bien todas las rutas con sólo visualizar las características de las calles con sólo pasar una vez por ahí, por lo que no había mayor problema de no saber donde estaba. Le sonrió tenuemente en un geto muy fugaz al escucharle -¿Desde cuando se supone que soy amante del órden y la limpieza?- Le dijo divertido

-¿Ah no?- Le preguntó haciendose el tonto, sólo para molestarlo un poco -Excelente, entonces conozco al fin tu hogar, esto si que es interesante…- Le comentó mientras observaba todo con detenimiento, la verdad es que le gustaba la decoración era muy acogedora, bueno, para alguien como él. Miró a donde le mostraba y sólo se limitó a seguirle con ese andar característico, pensó que todo iba bien, pero sólo eso “bien”. Al subir y ver aquella habitación la amó por alguna extraña razón, cada detalle le gustó en aquel lugar… al escucharle sonrió de modo fugaz volviendo a su linda seriedad. –Gracias…puedes retirarte- Le dijo bromeando con él para ir a sentarse a una orilla de la cama con cuidado haciendo como que no sabía para qué estaban ahí, como le gustaba exasperarlo, hacía una cara muy divertida.