Yu entró en silencio a la habitación intentando parecer inalterable, pero su mirada estaba vacia por la tristeza y sus movimientos eran mecanicos, casi instintivos, al llegar pidio con un movimiento a las siervas que se retiraran, con aquella elegancia que a pesar de su estado de animo conservaba consigo como algo característico. Suspiro de modo imperceptible y miró a su agonizante hijo con toda la dureza de corazón que pudo para no romper a llorar, su técnica era desviar sus pensamientos y dejar solo el 10% de su mente ocupandose de aquella imagen tan contundente a su persona. Era cruel y despiadado Kami-sama al ponerle tal prueba sabiendo que Yu era de corazón tan debil.
El saber que la parte de el que más amaba en el mundo, su amado hijo Howl estuviera al borde de la muerte le ponía fatal, no había podido comer durante días, nada le daba consuelo y solo podía concentrar su mente en su pena para sufrir en un espiral de sufrimiento sin fin. Su hijo dormía con rostro intranquilo sobre aquella cama mientras este le miraba con aquellos ojos turqueza en un tono casi aguamarina, tan oscuro que no se creería que aquella mirada alguna vez tuvo sentimiento alguno reflejada en ella.
Se había armado mucho de valor para poder ver a su hijo, se había guardado las ganas de verlo por que no quería que le viera mal, quería estar bien para hablar con el y decirle que todo estaría bien pero le hubiera sido imposible en ocasiones anteriores. Pero ahora...ahora era el momento perfecto para ello, se sentía lo bastante preparado para estar con su adorado hijo. Para todos la noticia y comidilla de Tokyo era ''El príncipe se muere'' pero para el era ''Tu vida se desvanece ante tus ojos'' la palabra <<Inhumanos>> cruzó vanamente por sus pensamientos y se esfumo como todo lo reciente.
Despues de notar señales de que iba a despertar dio un paso mas y se sentó en la orilla de la cama con lentitud y cuidado para tomar una mano de su hijo, esperando con ansias ver aquellos ojos...sus ojos...los que sentía ver en un espejo.
Howl despertó incómodo por el dolor pero a pesar de eso la calidez en su mano le irradiaba paz -Ka-san...- Musitó al ver aquel rostro tan ansiado
-...Hijo mio...mi Howl...- Musitó con un tono que no supo saber exactamente si podía traducirse para transmitir algo, pero lo que el más quisiera es que sonara cálido, le sonrió tenuemente pero aun así su vacía expresión era preocupante, tenía unas grandes ojeras por la falta de sueño, incluso su cabello se veía opaco, sus facciones apagadas con la palidez extrema de su nívea piel y un aspecto demacrado por la falta de alimento. Pero aún así era hermoso, como su Howl, que tenía un aspecto muy parecido al de el. La direfencia es que el aspecto de Howl estaba surcado por el dolor constante que experimentaba.
Howl le repasó con la mirada e hizo una expresión de preocupación -No te preocupes...Ka-san, estoy bien...- Musitó con cuidado para sonar así, su madre se veía realmente acabado por el sufrimiento, pero sabía que eso el no lo podía evitar por mucho que insistiera. Respiró con cuidado a pesar de sentir su falta de aire pero no quería que su madre escuchara que se le dificultaba respirar con normalidad.
-Si hijo, lo sé...y se que pronto estaras mejor, tienes esa tenacidad de tu padre. Cuando se proponen algo no importa que tan descabellado sea funciona, y yo se que estas haciendo tu mejor esfuerzo para recuperarte- Puso una mano en su corazón -Puedo sentirlo hijo, se que estarás perfectamente muy pronto- Le dijo aquellas palabras dandose cuenta que con su hijo podía transmitir lo que quería sin si quiera esforzarse, y eso le tranquilizo. -Te amo...- Le dijo mientras le besaba la frente con amor
-Yo tambien te amo Ka-san...- Musitó contentandose de saber que su Ka-san se esfozaba tambien por ser fuerte aun así no estaba de más decirselo, no quería que decayera por algo como eso -...Sé fuerte-
-Por supuesto, si es lo que ahora necesitas yo lo seré hijo. Soy tu madre, y movería cielo mar y Tierra solo por que tu así lo desearas- Le dijo mirandole con devoción y acariciando la mano que le sostenía
-Arigato...- Dijo casi con un hilo de voz conteníando un gemidito de dolor por una punzada de dolor en la herida que sintió le penetraba hasta los huesos, solo entrecerró ligeramente los ojos sin dar a notar más -M-¿me he perdido de mucho...en el castillo?...- Dijo tratando de iniciar platica para distraerse un poco
Este sonrió notando como se hacía el fuerte, podía notarlo incluso si Howl fuera excelente fingiendo, (que poco le faltaba) tomó aire y decidió seguirle el juego para distraer su mente un poco más -Pues en realidad de nada importante hijo, todo va como siempre...bueno casi todo...-
Aquel casi logró captar su atención -¿Ca-si?...-
-Bueno...la verdad es que muchas cosas planeadas se detuvieron por que hemos estado investigando sobre el responsable del alboroto en el castillo por todo Tokyo, tu padre esta enfurecido...- Le contó horrorizado de la sola idea, su Kei-chan era un amor pero cuando se enojaba todos le temían incluso el mismo emperatriz
-Bueno...- Dejó oír una breve risita -Eso lo supimos todos...desde que captamos la situación...- Dijo Howl con algo de dificultad y un tono irregular
-¿verdad?- Dijo Yu riendo tan breve como Howl, la verdad era esa -Pero...supongo que aa quien más le ha afectado tu decaída ha sido a tu padre, esta muy preocupado por ti, solo que hijo, tu sabes que ahora tiene trabajo de más sobre el, pero piensa mucho en ti, te ama tanto como yo, y en realidad es el que más sufre tu sufrimiento-
-Dile a Oto-san que...cuando este bien me seguirá debiendo ese...paseo a caballo que me prometió- Musitó con una sonrisa que se diluyó mediante fluían las palabras
-Ya veras que se lo diré- Dijo asintiendo mientras le dedicaba una sonrisa
Howl suspiró cerrando los ojos unos fugaces momentos.
El pelinegro sentía que se le iba el alma cada que Howl hacía eso ya que temía que no volviera a abrir los ojos en una de esas pero solo presionó con ligereza la pequeña mano de este.
-Estoy cansado aun...- Comentó mirandole entreabriendo los ojos un poco con una mueca de dolor, lo mejor que podía hacer para diluir el dolor un rato era dormir
-Descansa hijo yo estaré aquí contigo- Le dijo Yu con cariño y acarició su frente con una mano mientras que la otra aun sostenía su mano...
Ese día Yu se quedó de tiempo completo cuidando de Howl, velando su sueño con tenaces fuerzas y esperando que todo este mal terminara pronto.