De paseo por los jardines de la mansión Soma

Ayame tuvo que respirar profundamente dos veces... permitio que el oxigeno dilatara sus pulmones y sosegara su espiritu, sonrio para sus dos amigos pero de manera decidida camino hacia ambos y los separo abruptamente sentandose entre ellos.

-Por que siempre se divierten sin mi?

La serpiente se sintio desvanecer levemente ante las suaves atenciones del medico - Tori...jamas me habias abrazado asi ...- una de sus manos sube buscando a ciegas la nuca de Hatori en la que enreda sus dedos cariñosamente - Oh gure chan no crei que necesitaras indicaciones... - Le sonrio medio de lado.

Ayame quedo atrapado entre ambos un momento aunque cuando comenzaron a acercarse uno al otro, se deslizo a un lado y se dedico a verlos fijamente, lo mantuvo abstraido la menera en que las lenguas se encontraban y se masajeaban.

-ah...Hatori... Shigure

Ayame sintio su cuerpo comenzar a temblar levemente, las atenciones del escritor lo abrumaban pero los labios del medico resultaron ser mas expertos de lo que esperaba, sus delicadas manos fueron a enredarse en el oscuro cabello del hipocampo mientras no podia evitar comenzar a jadear por las atenciones del canino - Ah... chicos...

-Gure....ah...Gure - La voz de Ayame se habia convertido en un murmullo ansioso, ya no sabia donde colocar las manos y un suspiro tras otro abandonaba su pecho- Shigure! - Dio un respingo sorprendido por la habilidad del escritor y tratando de corresponder en algo empujo su cadera hacia atras en busca de la entrepierna del tutor de su hermano menor, de frente sus labios ansiosos no daban descanso a la boca de Hatori y sus manos marfileñas se dieron a la tarea de abrir los botones de la camisa del medico.

-Ah!...Hatori...Shigure acaba de morderme - Ayame se quejo de manera juguetona mientras al librarse ya de la camisa sus manos iban hacia el pantalon del medico decidido a darle la atencion que Shigure le daba a èl, su cadera no dejaba de moverse.

ah..si... - La serpiente logro que sus manos entraran bajo el pantalon del medico y sin dudarlo tomo el miembro tibio, un murmurllo suave dejo su garganta mientras se pasaba la lengua por los labios - Gure chan... tienes manos habiles

-Ah... Hatori, Shigure... ¿por que no haciamos esto desde la secundaria?- Ayame se permitio una risita mientras las emociones placenteras lo asaltaban, cuando el par se enfrasco en aquel beso Ayame aprovecho para alejarse y arrodillarse entre ellos, tomo los miembros de ambos y comenzo a repartir besos sobre ambas durezas.