¿Un chico de la familia real?

Takeshi soltó un ligera risa-Oh no sabes el miedo que tengo...-Le contestó a través de la tienda nuevamente-Y creo que si se cumplen tus maldiciones la pagarás caro niñato, así que ya deja de decir estupideces...-Le advirtió levantándose-Iré a inspeccionar el perímetro...mientras tanto podrías ir pensando en alguna disculpa formal conmigo para que logres que te desate...-Le dijo con voz divertida, era evidente que estaba conteniéndose de reírse mientras le hablaba, ya esperaba todas las cosas que le diría, si es que le pensaba decir algo.

Al caminar unos cuantos pasos lejos del campamento, se detuvo y cerrando los ojos se limitó a escuchar a su al rededor, era una buena técnica que los suyos utilizaban para saber que sucedía a su al rededor, sólo bastaba concentrarse y hacer eso.

No escuchó ruidos de ningún animal peligroso, sólo los que generalmente rondaban el bosque como ciervos, liebres, aves nocturnas, ardillas...aparentemente ese bosque no tenía un grado alto de peligro para la supervivencia. Pero entonces escuchó algo que le llamó la atención, era agua, el fluído lento y casi imperceptible del agua a lo lejos...debía tratarse de un río o algo así. Dirigió sus pasos hacia donde lo guiaba el sonido, y llegó con facilidad, se trataba de un pequeño lago de agua clara, y el agua brillaba de forma inigualable bajo la luna.-Perfecto...-Se murmuró muy satisfecho de si mismo, agachándose a analizar el agua. Metió la mano lo más que pudo y tocó el fondo, eso indicaba que no estaba muy profundo, amenos que intentara meterse lo sabría. Con cuidado dejó quieta la mano un buen rato y apenas si sintió el roce de algo.

Tras otro par de técnicas para asegurarse de que el agua era segura, decidió que el lago era inofensivo y volvió al campamento.-¿Ya te dormiste? No creo...-Probó a ver que le decía.

- ¿Es una amenaza? ¿Acaso hay algo mas de mi que pueda peligrar de lo que no te hayas adueñado ya? - Inquirio con desafio y sorna a la vez - No me hagas reir, la única disculpa formal que te dare, es una por haberme atrevido a confiar en ti... ¡Traidor! - Le espeto con enojo - Vete... Dejame solo... - Murmuro, sintiendo el evidente silencio del lugar cuando por fin se alejo. Y a pesar de que los ruidos del bosque le asustaban un poco, jamas lo admitiria. Era inutil intentar dormir asi, por lo que optó por intentar sentarse, apoyando la espalda de la lona de la tienda, intentando no cabecear demasiado, ya que el movimiento le daba dolorosos tirones en su cuello.

Y por fin, cuando creyo que iba a dormirse... Llego ese samurai, haciendole espabilar de nuevo, aunque ahora estaba un poco mas atontado por la falta de sueño. - ¿Que... quieres? - Fue lo que le contesto, por toda respuesta, dejando escapar un bostezo porque estaba cansado.

Le habían quedado muy claras sus palabras acerca de que ni de broma se disculparía y uego lo llamó traidor, así que decidió que su idea sería algo bueno para apartar un poco de resentimiento que había entre ambos-Vengo a hacer una propuesta...ya que dices que soy un traidor y que no se puede confiar en mí, intentaré hacer que te retractes de esa opinión-Le aseguró-Encontré un lago cerca de aquí...es seguro, el agua está tibia...creo que te vendría bien una ducha ¿no crees?-Le preguntó con un tono burlón y esa sonrisa...pero luego suspiró-Y la verdad a mí también...-Miró la comida que todavía no se terminaba-A lo que hiba con lo de las promesas, es que si ambos prometemos algo entonces ambos tendremos algo que perder y así podría confiar en ti...y tú en mí claro-Le dijo cercándose a la tienda de nuevo-Así que...¿Qué dices? ¿Yo primero? Te desataré, dejaré que comas algo y que vayas al lago...pero si haces el mínimo intento de escaparte te dejaré incapaz de hacerlo ya con esta katana...-Le advirtió en un sombrío tono-¿Te parece?...-Esperó cruzado de brazos a que le contestara algo

El menor le escucho, atento, murmurando inteligiblemente por lo bajo. ¿Acaso creia que podia ganarse su confianza tan facilmente? Sin embargo la idea de darse un baño era realmente tentadora; le ayudaria a olvidar el sueño y le despejaria un poco la mente, cosa que le hacía falta. Le escucho atento y no le parecia mala idea, pero estaba en desventaja porque el no tenía con que amenazar al mayor. Lo pensó un instante y se le ocurrió algo que, esperaba, funcionara. - Bien, en ese caso acepto. No escaparé - Exclamó, sonando muy convencido aunque en el fondo pensara lo contrario - Y no vas a volver a atarme como si fuera un saco de carga - Le advirtio - Pero si veo que tienes intenciones de propasarte conmigo, me encargaré de arreglarmelas para castrarte... - Le amenazó - Ahora desatame... - Pidió, o mas bien exigio, impetuoso.

Dejo escapar un suspiro de alivio cuando por fin el otro le solto. Sus manos y pies estaban helados y algo morados por la falta de circulación pero no le prestó atencion a la par que se frotaba las muñecas y el otro le daba de comer. - Si, si... Has lo que quieras - Murmuró el menor mientras intentaba con trabajos comer, ya que sus manos seguian temblorosas. ¿Lo creia estupido o que? ¿Acaso creia que no sabia que estaba vigilando sus movimientos? Comio con hambre voraz que antes no hubiera aceptado y luego se quedo en la tienda, temblando de frio y tratando de darse calor. Si tan solo pudiera hacer aunque fuera una llamita pequeña para confortarse...

El menor, abrazandose a si mismo, se frotaba el cuerpo para entrar en calor, pero terminó por resignarse al ver que no lograba nada. Escucho sus intentos por encender la fogata y, cuando finalmente se rindio, no pudo evitar salir a pesar de frio, casi tropezandose con el mayor que intentaba apresurarle. - Si, ya termine... - Refunfuñó - Pero aun tengo fríoan dejame probar lo de la fogata... - Exclamo, apartandole para ir a tomar las ramas secas e intentar encender la fogata, aunque claro, el se valió de la poca magia que tenia para, despues de varios intentos infructuosos, comenzar a iniciar un fuego con las ramas secas. Eso les serviria para calentarse.

Nunca sintio cuando lo levanto del suelo ni cuando lo metio a la tienda, cubierto por su abrigo. Estaba demasiado cansado y pocas cosas podian haberlo despertado. Durmio profundamente hasta el amanecer, donde el viento helado que se colaba por la abertura de la tienda, poco a poco le hacia espabilar. Sin embargo no queria levantarse; alli se encontraba comodo y calido, rodeado por un agradable aroma que... Fue entonces cuando se dio cuenta de que usaba el abrigo del samurai. ¿Y ni siquiera lo habia sentido? Valla que era torpe.

Con cuidado se levantó y estiró, saliendo de la tienda para encontrar al mayor fuera con lo de la fogata. Aun llevaba el abrigo ajeno sobre los hombros el cual, al ser grande, le hacia lucir mucho mas pequeño. - Gracias por el abrigo...- Musito por lo bajo, quitandoselo para entregarselo, aun un tanto contrariado por aquello.

Toushiro se sonrojo un poco cuando, al estirarse, noto como el esculpido cuerpo ajeno quedaba al descubierto. Desvio la mirada para no quedar en evidencia y se puso a recoger las cosas por hacer algo cuando vio al mayor hacerlo, escuchandole hablar aquello de las tropas que, desgraciadamente, sabia que no era mentira. - Esta bien, nos moveremos - Acepto - Pero recuerda que prometiste no atarme - Le recordo a modo de advertencia, mientras le entregaba lo poco que habia recogido. Luego se encargo de tirar lejos la leña quemada y cubrir el suelo con nieve para evitar los rastros, sacudiendose la nieve de la ropa aunque no pudiera evitar echar una bola de nieve al mayor, aunque despues se hiciera el desentendido.

No tuvo otra opcion que dejarse hacer por el mayor, caminando frente a él cuando lo tomo de las ropas, comenzando a caminar hacia el lago para bordearlo, el cual era muy amplio por lo que les llevaria un rato. Le escuchaba hablar, pero para él eran solo palabrerias asi que se encontraba distraido en sus propios pensamientos hasta que le lanzo aquella bola que lo desconcentro y lleno de nieve todos sus cabellos blancos. - Oye! - Se quejo, pero no pudo evitar reirse, adelantandose para tomar una bola de nieve nueva y lanzarsela, sacandole la lengua y echando a correr hasta ocultarse tras un arbol, para evitarle, jugando con él mientras preparaba una nueva bola de nieve.

Le lanzo cuando lo tuvo al alcance, pero desgraciadamente fallo, quedando al descubierto, dandole chance a su captor de arrojarle una nueva bola de nieve en lo que el se recuperaba. Ese sujeto... Esta vez no fallaria! Usaria su magia y le golpearia. Golpeo el tronco en que se apoyara, haciendo que la nieve de las ramas le cayera a Takeshi encima en un pequeño monton, mientras el tomaba mas nieve para hacer una bola de nieve y lanzarsela. No comprendia como de pronto habian terminado en eso pero no le importaba. Era divertido y muy entretenido. Casi le hacia olvidar del todo las penas de los dias pasados desde que lo capturaran.