paseando por la ciudad

Había sido un día duro en el trabajo y al terminar como no tenía nada que hacer decidió ir a dar un vuelta por la ciudad. Hayato prendió su cigarrigo y se puso a caminar sin rumbo.

Al cruzar la esquina divisó a aquél adolescente con tan poco ropa, pensó que la juventud estaba realmente loca por ir así vestida. Cuando se acercó más pudo observar la profunda cara de decepción del chico y no sabiendo muy bien por qué, quizá recordó cuando estaba solo en su país natal y nadie le daba una oportunidad, se le acercó. Le dió una calada a su cigarro y sin pensarlo dos veces se quitó la chaqueta de su traje y la colocó sobre los hombros del joven.
-No son horas para que un chiquillo ande por la calle y menos con tan poca ropa-dijo con un tono de regaño

Al sentir que el menor necesitaba protección con una de sus manos abrazó a Eri pegandole más a su cuerpo. Cuando ese tipo habló sintió que le hervía la sangre, utilizar a un menor desvalido para ese tipo de acciones. Además de aprobecharse de su debilidad.No le gustaba causar problemas a su amigo y capo metiéndose en luchas inecesarias pero sentía que tenía el deber de proteger a ese chico.
-No y me le voy a llevar. Si tienes algún tipo de problema adelante no tengo el más mínimo inconveniente en romperte la cara-dijo en tono amenazante y lleno de ira para después sacar una dinamita y lanzarsela en modo de advertencia.

La ira le invadió al recordar las veces que su padre le había mentido, engañado y usado para sus propios fines. Sentía que su sangre estaba hirviendo.Frunció el ceño y le dió un larga calada a su cigarro para luego hechar el humo directamente a la cara del tipo que le hablaba
-Joder,es que no sabía que ahora los hijos tienen que pagar las deudas de un padre guilipollas-dijo de forma cínica. les había dado una oportunidad de salir ilesos de aquel asunto y la habían desaprobechado así que ahora esos tipo recibirían una paliza, no por nada era la mano derecha de la familia mafiosa de más relevancia.-tranquilo esto se va a acabar en menos de 2 minutos- le dijo a Eri y le besó de forma rápida en la frente. En un rápido movimiento tiró una gran cantidad de dinamita a todos los hombres que estaban a su alrededor.

Miró a su alrededor y vió como esos tipos habían quedado gravemente heridos,bueno había sido su culpa por meterse con quien no debían. Además no le habían permitido disfrutar de sus cigarro. Luego miró al chico que estaba bastante asustado. Cortó la correa para que pudiera salir de ese lugar.
-Vamos-dijo tomándole del brazo. Despues de haberle librado de los hombres que le prostituían Hayato se sentía en parte responsable de la seguridad de aquel joven
- Como seguro no tienes un sitio donde dormir, esta noche te puedes quedar en mi casa. Mañana ya pensaremos que hacer-dijo empezando a caminar y arrastrando con él a Eri

- No ha sido nada-dijo mientras miraba al menor, dandose cuenta que ese niño era bastante atractivo. Movió su cabeza para desejar esa idea y con una de sus manos levantó la barbilla del menos para poder ver sus ojos
-La cabeza siempre ergida y la mirada siempre a los ojos sino los demás piensan que pueden someterte-encendió otro cigarro y le dió una profunda calada-Me llamo Hayato Gokudera ¿cual es tu nombre?-dijo en parte por cortesía y en parte por curiosidad. A lo lejos ya empezaba a divisar el edificio en el que vivía.

Se extrañó un poco al oir su nombre en los labios del menor ya que muy pocas personas le llamaban por su nombre. Estuvo a punto de corregirle y decirle que se refiriera a él por su apellido pero se retractó al pensar que el pobre niño ya había sufrido suficiente como para que encima le anduviese sermoneando. Así que decidió permanecer callado, no era muy bueno con la gente.
Poco a poco llegaron al edificio de pisos en el que hayato vivia. Pasaron por un jardincito muy bien cuidado. Luego entraron al portal y entraron en el ascensor. El mayor dió al botón del último piso.
-Mi piso está algo desordenado debido a que vivo solo y trabajo mucho así que no tengo tiempo para ordenar nada-dijo cuando atravesaron la puerta y llegaron a una sala bastante amplia llena de estanterías con libros, algunos estaban decolocados.

Dió otra calada a su cigarro se sorprendió ya que era la primera vez que alguien quería vivir con el por lo general no aguantaban su carácter.
-¿estás seguro? Porque me enfado enseguida y soy arisco. Me vendría muy bien tu ayuda sobre todo si cocinas- sabía que no podía decirle que no al menor ya que desde que le ayudó se sentía responsable de él. Uri salió corriendo de la cocina y se quedó en un rincón observando al recién llegado.
-Si voy a ser tu tutor hay unas normas que quiero que cumplas. En primer lugar vas a estudiar para tener un buen futuro. Segundo nada de ejercer la prostitución. Tercero llega temprano a la casa. Cuarto nada de drogas. Quinto nada de malas compañías.Sexto no te entrometas en mi trabajo. Septimo si te hechas novio o algo parecido nunca lo traigas a la casa no soporto a la gente ni a los niños. si se me ocurre algo más ya te lo digo- la gatita se acercó a Eri y ronroneó mostrandose dulce y cariñosa. Por lo general su gata era bastante arisca.

cuando el menor aceptó su reglas hizo un gesto de aprovación con la cabeza, le gustaba dominar la situación y que los demás acatasen sus normas.
-¿hay algo más que te preocupe?Porque puedo acuparme de ello, tengo un amigo que tien contactos-dijo al perpatarse de la actitud seria de Eri. sonrió al ver a su gatita tan afectuosa y, quizá es que se estuviera tranquilizando y volviendo más amable.
-Uri-dijo llamandola, la gata se volvió levemente y le lanzó un arañazo. Tenía hambre y su amo había llegado tarde por lo que estaba molesta con él.Hayato se fue un momento a la cocina mientras la minina se restregaba contra Eri y maullaba con satisfacción. El mayor trajo un plato de comida y lo dejó en el suelo entonces la gata se acercó a la comida y empezó a comer.

Cuando oyó a Eri hablar de su madre el corazón le dió un vuelco.Al ver la expresión del otro no pudo negarse a su petición.
-Me haré cargo,tengo el dinero necesario para mandarla al mejor centro-digo serio acercándose la menor y revolviendole un poco el pelo
-Mañana iremos a verla- al mirar al menor se dió cuenta que seguía llevando aquella ropa tan cortoy ajustada-por allí está mi cuarto-dijo señalando una habitación a la derecha-si quieres puedes buscar algo de ropa para cambiarte, aunque creo que te va a quedar todo grande-

Hacía mucho tiempo que nadie le abrazaba y cuando eri lo hizo sintío una calidez y reconforte.
-Era mi deber.-dijo en respuesta a lo dicho por el menor. Sintió que el menor estaba llorando pero al notar que este no deseaba que se enterara no dijo nada y le dejó que marchase a cambiarse. Se sentó en sofá y se puso a fumar esperando a que Eri volviese. Cuando le vió llegar se quedó fascinado y sintió un palpitar dentro de su pantalones. no podía negar que el menor era jodidamente atractivo. "joder llevo mucho sin follar que me excito por un crio"

Miró a Eri fijamente le pareció tan sensual y adorable al mismo tiempo. Aunque tuviera eso impulsos sexuales hacia el menor decidió que no le tocaría. Eri le agradaba y se sentía bien con él no quería herirle.
-Te queda bien-dijo desviando un poco la mirada e intentando desviar los pensameintos pervertidos que se le venían a la mente.-ven-dijo aciendo un gesto con la mano para que le menor se sentara a tu lado- Veamos un poco la tele- ahora que se detenía un momento a pensarlo las ropas que portaba el menor no parecía que fueran suyas, quizá de un antiguo amante o de su mejor amigo no lograba descifrar a quien le pertenecían.

Pasó su mano por los hombros del menor recostándole más encima de él y acercando más sus cuerpos. Con su otra mano puso las noticias pues tenía interés en saber que había pasado en el mundo.
-No tienes nada que agradacer.No tienes que darme nada simplemente sé un hombre de provecho-