Otra oportunidad...

A pesar de que quisieran callarle, Senshi era demasiado orgulloso para ello. Todavía forcejeaba cuando lo ataron en la silla hasta inmovilizarlo finalmente.- No es a ustedes a quiénes les debo respuestas...- Espeto con frialdad - Asi que, si tan seguros están, porque no buscan a Hiretsu? -Sugirio, insolente.

El ninja del Kunai le abofeteó entonces, haciendole voltear de lado el rostro.- Insolente! - Exclamo - Pero vas a aprender a respetar...- Musito, malicioso. El primer ninja, el de los hilos, estaba al otro lado de la silla y el tercero junto a la puerta, apoyado en la pared.- Te sugiero que seas dócil, niño, si no quieres una muerte más... Dolorosa...- Musito como con deleite el de los hilos, apretando estos, causando finos cortes por sus brazos, sus ropas finas el incluso su cuerpo. Sin embargo, Senshi no se dejó amedrentar. No les dejaría sentir su miedo.

- Pues en ese caso creo que tendrán que ser más... persuasivos....- Recomendo, solo por llevales la contraria, ganandose con aquello que los hilos se le encajasen más en las heridas, abriendolas.

- Esta bien...- Acepto finalmente el menor cuando vio que el ninja comenzaba a hartarse de su comportamiento infantil. Suspiro y se dejó caer sentado en el suelo, intentando estar lo más derecho posible. Se quito la camisa y le dejó ver su cuerpo de piel blanca a penas marcado. Tenía marcas en los hombros y cerca del cuello que le había trasladado la piel pero eran a penas heridas superficiales comparada con una que estaba en su costado, cerca de su abdomen, que estaba sangrando bastante. Seshi se encogió sobre esta e intentó cubrirla, adolorido.- Duele...- se quejó, encogiendose sobre ella. Sabía que debía dejar que el mayor la viera para poderlo curar pero no era intencional. Le dolía bastante.

Se dejó hacer por el otro, quedando encogido sobre su herida cuando salió a buscar quien sabe. Cuando regreso, lo que más le llamó la atención fue la botella de vino. De verdad iba a usar eso para curarlo? Ante su recomendación trago fuerte y tomo la botella de vino sin chistar. Más vale que aquello no fuera una mala broma por parte del mayor. Le dio varios tragos al vino y en seguida se sintió mareado. Era fuerte... Eso o que el no estaba acostumbrado a los licores. Sea como fuere, de igual modo le incomodo la manera en que el mayor frotaba su herida con aquella mezcla de manera insistente y brusca.- Demonios hiretsu! - Se quejó en un susurro, con los ojos fuertemente cerrados y las mejillas algo rosas a causa de vino- Podrias ser más delicado? Eso duele! - Se quejó, apoyandose con una mano en el hombro ajeno para mantenerse derecho, ya que sentía que aquel mareo no le ayudaba demasiado a conservarlo.

- Tampoco estoy tanal...- Inquieio cuando le dijo lo de vomitarle encima. Entre pequeños quejidos, intentó soportar las bruscas curaciones del mayor, sin embargo al escuchar sus palabras no pudo evitar fruncir el ceño.- Pues recordemos que se supone era un invitado, no tu alumno como para tener que obedecerte - Señalo, un tanto ofendido. Claro, y el que ahora fuera un "espía" no tenía nada que ver con lo anterior. Se sostuvo más fuerte del hombro ajeno y tomo un trago más de vino que disminuyó la dolorosa sensación y le dejó continuar en silencio sin más ganas de discutir. Después de todo, tampoco quería que el mayor le tomará por debilucho.

- Si, el vino... - Tartamudeo aún medio ido en la curiosa sensación y algo apenado por la manera en que el mayor le miraba y le hacia sonrojar más. Cuando apagó las luces, se disponía a recostarse cuando el mayor le dijo. Entonces le sonrió maliciosamente. - Claro, aquí me tendrás... - Aseguro - O Al menos hasta la mañana... - Musito con traviesa malicia - Eso claro si no vienes a despertarme, Hiretsu-sempai...- Musito con voz sugestiva, como si quisiera decir algo más, antes de simplemente encogerse de hombros - Pero ahora la comida - Sentencio como si nada y se sentó al estilo indio frente a la puerta en la espera de la llegada de su alimento.

Senshi se quedó ahí esperando a que le trajeran la comida y, en cuanto lo hicieron, comió ávidamente hasta acabarlo todo. Luego se acosto en el futon solo con los pantaloncillos puestos, cubierto a medias por la sabana mientras miraba al techo. Se quedó dormido antes de darse cuenta, estaba realmente agotado, el incluso en sueños podía sentir los ojos ajenos, oscuros y gélidos vigilandole, como si esperara que metiera la pata. Fuera de ello, su noche fue tranquila.

A la mañana siguiente, Senshi no se desperto con el amanecer como de costumbre si no que, para alivio de Hiretsu, se quedó en cama aún durmiendo y sin siquiera darse cuenta de que ya había salido el sol. Al menos no volvería a meterse en problemas por un rato.

Durmió a pierna suelta hasta media mañana. Cuando desperto rápidamente se asomo a la ventana ya que unos curiosos sonidos habían llamado su atención. Al asomarse descubrio a los ninjas practicando bajo el sol. Desde un poco más lejos, Hiretsu los observaba aparentemente complacido de que los muñecos de entrenamiento fueran los soldados de la pasada noche. Aquello iba a dolerles. Se volteo con prisa entonces a vestirse pero las heridas le escocieron, por lo que tuvo que moverse más despacio. Una vez todo en orden, se acomodo la cadena entre las ropas, tomo un par de kunais y su inusual y enorme espada la cual se cargo a la espalda con el respectivo arnés. Entonces se asomo de nuevo a la ventana y, solo para molestar, llamó al mayor desde allá arriba.- Hiretsu-sempai...- Exclamo, fingiendose meloso, aunque solo para avergonzarlo, antes de lanzarse por la ventana en una aguerrida y loca actuación. Amortiguo la caída con su cadena, la cual utilizó para sostenerse de una rama y amortiguar la caída hasta llegar al suelo. Claro, aquella loca actuación también le había ganado una punzada en el costado, pero no le dolía tanto comoanoche así que podía aparentar. Se acercó entonces a Hiretsu con naturalidad su lado y hacer notar la diferencia de alturas.- Buenos días - Saludo entonces, con jovialidad, ignorando al resto de los ninjas que lo veían como si fuera un bicho raro.

- De hecho ahora que mencionas lo de las puntadas creo que una se rompió - Mintio. Bueno, la verdad no lo sabía pero no se le habría hecho raro tampoco - Pero ya se que el dolor será mi castigo por mi desobediencia y blah blah blah...- Repitio el monólogo del mayor, ganandose una gélida mirada que lo hizo quedarse tranquilo entonces. Suspiro y siguió con su mirada los movimientos del resto de los ninjas que, con maestría, se golpeaban unos a otros en rudo entrenamiento. Se volteo entonces a Hiretsu, buscando su mirada de ojos gélidos. - Y el desayuno en antes o después del entrenamiento? - Quizo saber - Porque me gustaría calentar un poco antes de que terminemos lo de ayer... - Musito refiriendose al casi encuentro que habían tenido antes de que Hiretsu le trajera hasta allá.