Otra oportunidad...

- No soy un crío! - Reclamó el menor, enojandose ante la manera en que lo subestimaba. Lo creía débil sólo porque se había herido el costado? Eso no lo hacía inútil. Estaba dispuesto a reclamarle, por lo que lo siguió al árbol donde fue a refrescarse. Pese a ello, ante la sensual visión que le dio cuando se quitó la camisa y las gotas de agua que recorrían su marcado cuerpo, no pudo evitar sonrojarse, a la par que se quedaba viéndolo prácticamente embobado y olvidando lo que fuera a decirle instantes anteriores. Su irónica pregunta le sacó de sus pensamientos y sólo para disimular, según él, asintió y tomó la cantimplora para beber algunos tragos y luego se la devolvió al otro. - Entonces... - Comenzó a decir, pasándose una mano por la parte de atrás de su cuello, como si estuviera indeciso de lo que diría. - Vamos a hacer algo hasta el día de la iniciación? O pretendes tenerme postrado hasta ese momento? - Inquirio mirándole, intentando parecer serio con una ceja arqueada, pero de igual modo tenía las mejillas coloreadas.

Hizo una ligera mueca de desagrado ante la perspectiva de no poder asistir a los entrenamientos. No le gustaba aquello, y al parecer la única opción que le quedaba era practicar con el mayor, cosa que le intimidaba un poco pero de igual forma aceptó. Le pareció extraño que si mirada se opacara al hablar del líder. Durante el tiempo que llevaba ahí, parecía serlo el pero por lo visto estaba equivocado. Suspiro. - Bueno, si es la única opción que tengo... - Respondió, como resignado a lo que Hiretsu le había dicho, sin disminuir por ello el sonrojo en sus mejillas que el fingia no notar. - Cuando empezamos? - Quizo saber.

El menor rezongo algo frustrado pero aceptó. Tal vez entrenar de noche fuera más interesante - Bien, supongo que te veré en la noche en ese caso - Murmuró. Se dio la vuelta entonces, para darle algo de privacidad y decidió marcharse a su habitación a descansar un rato. Al fin que no conocía a nadie más que a Hiretsu y al resto de los ninjas no parecía hacerles mucha gracia la manera como trataba al mayor o como había derrotado a uno de los mejores guerreros en el entrenamiento matutino. Llegó a su habitación y se echó sobre el tatami a mirar el cielo raso hasta quedarse dormido.

Senshi se quedó de piedra en el instante en que sintió los labios ajenos contra los suyos. No lo podía creer. Sus ojos azulados se abrieron desmesuradamente ante aquel toque. Podía sentir las orbes ajenas fijas en las propias, pero no podía reaccionar. Era como si el tiempo se hubiera detenido en ese instante. No lo comprendía. Cuando el otro se separó y se levantó, él parpadeó un par de veces y se llevó una mano a los labios, sin poderlo evitar. ¿No sería todo aquello un sueño? La voz de Hiretsu le sacó de sus pensamientos y a la vez le hizo colorear las mejillas vivamente. - H-hai... - Fue lo unico que pudo responder, aún medio nervioso. Se levantó entonces y tomó sus cosas para seguir al mayor fuera de la habitación, en silencio y aún pensado en lo sucedido anteriormente. ¿Por que Hiretsu había hecho eso?

- No, nada. No sucede... nada... - Murmuró con voz apagada, desviando la mirada a la par que volvía a desviar la mirada. A diferencia del mayor, a él le costaba un poco más ocultar lo recien sucedido y actuar como si nada. El cuestionamiento sobre porque lo había besado todavía rondaba su mente pero hizo el intento de apartarlo para poner atención a lo que el mayor quería. Se acercó al mayor, pasandose una mano por el rostro para apartar pensamientos indevidos y concentrarse en el "entrenamiento". - Bien, ¿que quieres que hagamos? - Cuestionó, mirandolo ya más sereno y no tan sonrojado.

Senshi rodó los ojos ante las palabras del mayor. - Si solo ibas a traerme a que te viera, eso podía hacerlo desde mi habitación... - Sentenció el chico, cruzandose de brazos. Pero a pesar de lo que dijera era más entretenido estar ahi que en su habitación, aunque nunca se lo diría. - Bueno, supongo que aqui se manejan por grados, pero de donde yo vengo, eran niveles... - Comentó - Y eso se hace tanto en nivel 1 como 2... Pero solo hasta que pasas el nivel 5 puedes ser lo suficientemente independiente como para irte si lo deseas... - Comentó, con expresión de fastidio, tomando asiento en el pasto - Pero supongo que entonces tendré que volver a las niñerias... - Suspiró, apoyando la cabeza en su mano, observandole con expresión aburrida.

- Claro, claro, será lo que usted diga Hiretsu-sempai... - Exclamó de manera algo sarcastica, antes de acomodarse con expresión algo aburrida y observarle. Cuando tomó la espada, sin embargo, Senshi adoptó una actitud más seria y le observó con atención. La muñeca... le pareció notar un leve giro cuando la movió pero fue demasiado rápido. Estaba acostumbrado a esa clase de movimientos, pero Hiretsu parecía ser mucho más rápido de lo que estaba acostumbrado a ver. Parpadeó un par de veces y se frotó los ojos. - Fue... ¿Un giro, no? - Inquirió, inseguro - Pero pareces haber hecho mucho esfuerzo, me pareció escuchar un sonido... - Menciono. Era como el sonido de huesos que tronaban. Le preocupaba que el mayor fuera a dislocarse la muñeca.

- Ten cuidado... - Musitó el chico viendolo frotarse la muñeca, mirando con atención todos los movimientos del mayor, en especial cuando ejecutó de nuevo aquella técnica. Esta ves le pareció escuchar aquel crujido más fuerte. Y lo confirmó cuando el mayor se quejó al soltar la espada. - ¡Hiretsu! - A pesar de su herida se levantó de prisa entonces. No es como si el otro se estuviera muriendo, pero igual le preocupó. Se acercó e intentó tomar su muñeca en su mano. - Creo que te la dislocaste... - Murmuró, por lo bajo - Dejame ver... - Inquirió con suavidad, intentando apartarle las manos para poder ver. Tampoco era medico, pero algo sabía de heridas.

- Por supuesto que lo sé! - Exclamó, fingiendose ofendido mientras le examinaba la muñeca. Lo hizo con cuidado y de manera delicada, tan atento que ni siquiera se dio cuenta de las expresiones que ponía el mayor - Y si, me estoy preocupando por ti, algún problema? - Inquirio, a la defensiva como siempre mientras se arrancaba una tira de tela de la camiseta y la envolvía en un complicado nudo alrededor de la muñeca de Hiretsu - Esto me lo enseñó un samurai bandido que conocí una vez... - Le comentó, para distraerlo, antes de repentinamente, tirar de ambos extremos de la tira, apretando su muñeca y calzandola de nuevo en su sitio. - Ya está - Sentenció - Como se siente? - Preguntó, ahora si levantando la mirada para verle, dejando de nuevo sus rostros muy cercanos, ocasionando que se sonrojara.