Otra oportunidad...

- Si pero... Creo que luego de los "divertidisimos" sucesos de anoche pues, lo estoy reconciderando...- Comento como si nada, siguiendo a Hiretsu y observando los movimientos que este hacia al indicar a otros como hacer las cosas - Ademas de que no quiero ser el único que no se gane su desayuno así que tu dime que debo hacer... - Inquirio, tranquilamente. Sea lo que sea, el estaba seguro que lo podría hacer sin ayuda.

Senshi observó al enorme sujeto que le esperaba con la guadaña en ristre y sintió algo de miedo ya que sin sus usuales armas se sentía indefenso, pese a ello tenia que vencer para no quedar en ridiculo. Podía sentir la oscura mirada de Hiretsu en su nuca y aquello le ponía aún más nervioso pero hizo lo posible por calmarse y no dar muestras de ello. Tomo una lanza, el arma más parecida que encontró a su espada, para hacer el entrenamiento y se volteo. Encarar a su oponente.

Le observó, tratando de fijarse en sus movimientos. Impulsivo como siempre, fue el primero en atacar pero el otro fue más rápido y pronto lo hizo caer al piso al tratar de esquivar un golpe de su guadaña. Se paro de prisa, intentando por todos los medios no mirar hacia donde estaba Hiretsu antes de empuñar la lanza y volver a levantarse. Intentaba golpearlo, pero eran más los golpes que fallaba que los que realmente le daban. En un acto desesperado, al caer al piso lo agarro con su cadena por un tobillo, pero el otro pareció esperarlo por que con un tirón de la misma lo hizo levantar, y pronto ya lo tenía arrinconado con la guadaña al cuello, vencido.

Senshi maldijo en su fuero interno el haberse dejado vencer tan fácilmente, según el, sin saber que le había tocado uno de los ninjas más fuertes del grupo. Dejó la lanza de lado para comenzar a hacer de nuevo el circuito y fue cuando el costado le punzó. Aparentemente se lo había abierto en lo pelea pero no le dio importancia y continuó corriendo, controlando sus facciones para que no le delataran.

En medio de su sueño, Senshi intentaba recuperarse del esfuezo que había sido aquel entrenamiento. Realmente su cuerpo se encontraba agotado por la pérdida de sangre pero su mente sin trabajaba; pensaba en que haría ahora, si realmente iba a quedarse en el clan. Hiretsu no parecía contento con la idea pero ni siquiera se lo había preguntado. Sentía que si sangre hervia cada vez que recordaba la manera en que le había despreciado por su debilidad. Pero el cambiaría, se haría más fuerte y vencería a Hiretsu, sólo...

El hilo de sus pensamientos de pronto se vio cortado al recibir un impulso que si sistema no pudo procesar del todo. Se quedó quieto, sintiendo aquella tan cercana y extraña calidez, entreabriendo sus labios de manera inconciente, tratando de obtener más de aquel curioso toque, dejándose besar por Hiretsu en medio de sus sueños sin saber que sucedía.

En medio de su sueño podía sentir aquella calidez que antes le había aturdido y que parecía no cesar. Ni síquera se movió ante aquel toque, sólo dejó que el mayor besara sus labios en medio del sueño, sin saber síquera que se trataba de Hiretsu. Un suspiro se le escapó de los ajenos labios con el nombre del mayor, en medio de aquel beso interminable, sin ser plenamente conciente de lo que hacía. Y es que en fondo se preguntaba donde estaba él y que hacía que no venía a despertarle. De manera inconciente su mano se cerró sobre las ropas del mayor, en una muda súplica de que no le abandonara. Lo único que podía pedirle.

Senshi quedó suspendido en aquel limbo cuando el menor se separó de sus labios, aunque nunca supo de los sucedido. Salió de su seminconciencia al escuchar la voz ajena, pero al levantarse no descubrió a nadie a su alrededor, cosa que le contrario un poco. Ni siquiera había un alma en la enfermería. Y lo peor era que juraria haber escuchado la voz de Hiretsu.

Volteó y encontró la bandeja con comida. Sonrió, aliviado y la tomó para comenzar a comer con lentitud, preguntándose si sería realmente un producto de su imaginación.

Senshi comió con prisas su comida ya que realmente estaba hambriento pero luego tuvo que dejar de hacerlo cuando los doctores vinieron. Soltó un suspiro pero tuvo que aceptar a regañadientes las indicaciones que le habían dado. Una semana y no más pruebas para Hiretsu. Iba a seguir comiendo cuando el ninja aquel le dijo que Hiretsu le esperaba. Comió lo que quedaba de su desayuno con prisas y luego salió de la enfermería, logrando orientarse hasta llegar al patio donde fue la última vez que lo vio, ya que no sabía donde más buscarlo.