Bienvenido a Inglaterra

Howl amplió una sonrisa divertida -No tiene dificultad alguna, andando!- Le dijo decidido, la verdad es que nunca había tenido límite alguno de hacer y deshacer dentro del castillo así que en Inglaterra mucho menos iba a moderarse en su actitud, menos con un amigo tan cercano como lo era Casstiel.

*- Bien, entonces... Tu distraes a mi madre y yo voy por el libro, ¿correcto? - Inquirió, una vez llegaron al pasillo de la biblioteca. - Ella parece tener una especie de... poder mágico y, tan pronto aparezco por aqui, ella llega a la biblioteca y así no vamos a poder sacar el libro - Protestó el peliplata, haciendo un puchero. - ¿Listo para esto, Howl? - Inquirió, aunque reía, utilizando un tono dramático como si aquello fuera vida o muerte, solo para darle un nuevo tinte al asunto.

*El rubio sonrió -Ok- Se tornó invisible tan tranquilo de la vida, lo que haría sería distraerla con pequeños trucos de magia para mantenerla distraída, era una tarea muy sencilla.

*Se sorprendió cuando vio a Howl desaparecer en el aire de la nada. No sabía que el otro podía hacer eso. Suspiró. - Cuando dije distraerla, me refería a tu encanto...- Musitó por lo bajo, riendo quedo, antes de escurrirse en la biblioteca a buscar el libro. El... kamasutra, si mal no recordaba. ¿Donde lo habia visto por última vez?

*Este amplió una sonrisa mientras caminaba por ahí en busca de la madre de Casstiel pero al parecer tenían suerte, no se oía a nadie por ahí. Sentía que su magia no era del todo la que le ayudaba y eso le frustró pero aquella energía que le daba el colgante dado por Usagi le ayudaba de algún modo. Se mordió el labio inferior al recordar ¿Cómo podía estar tan a gusto teniéndole tan lejos?... Era un sinvergüenza, aquel pensamiento le hería el corazón cada noche, cuando se recostaba en aquel raro lugar y estaba solo... por lo menos ahora su amigo iba haciendolo más ameno pero e era muy difícil intentar no pensar en Usagi y lo que lle estuviera sucediendo tan lejos de él.

*Al parecer, el destino quería ayudarlos a divertirse un poco. Había notado la tristeza de Howl y quería animarlo. ¿Y que mejor que con una travesura? Ello siempre le animaba cuando era niño. ¿Por que no ahora? Logró pronto conseguir el libro y huyó con él a su habitación. No quería que nadie les viera. Una vez alli adentro esperó a Howl, ojeando las primeras ppáginas del libro que aún no tenía nada revelador. Lo bueno qería dejarlo para cuando estuviera con el rubio.

El rubio le escuchó irse e inmediatamente corrió tras él fijándose de que nadie les hubiera visto, al parecer no, por lo que antes de abrir la puerta de la biblioteca se hizo visible y caminó tranquilamente hasta la habitación ajena aún con sus problemas en mente.

*Levantó la mirada cuando Howl por fin entró a la habitación y con una sonrisita de suficiencia le mostró el libro mientras se sentaba en la cama. - Miraa~ Al final si logré conseguirlo - Dijo, orgulloso, con una risita - Ahora verás de que somos capaces los ingleses- inquirió, con cierta suficiencia pero a modo de broma - Vamos Howl, ven a ver - Le apremió para que viniera a echarse con él en la cama.

*Se sonrojó ligeramente al notar la portada pero se limitó a negar con la cabeza mientras se pintaba en su rostro una sonrisa divertida -De acuerdo, veamos de qué son capaces entonces al robar literatura erótica hindú- Comentó divertido acomodándose a su lado para ver.

*- Ah! No se si sentirme honrado u ofendido por tus palabras - Admitió, riéndose, golpeándole con un cojín, antes de que se echara en la cama junto a él y le entregara el libro - Vamos, échale un ojo a ver si encontramos algo que aun no hayas hecho - bromeó, suspicaz.

*-Eso va a ser difícil...- Confesó en voz baja desviando la mirada para después mirarle riéndose divertido.